Cuando llegué ya había
pasado mediodía y la encontré en su habitación, donde su madre miraba la tele.
Ella estaba de espaldas a la puerta, arrebujada en su cama, en pijama y con la
alimentación puesta. Su compañera de
habitación no estaba. Al ir saludar a su madre ésta me dijo por señas que Mirian acababa de
dormirse.
Me acerqué a la cama lo mas silenciosamente
que pude . Mirian abrió un ojo, y se dio la vuelta poniéndose boca arriba.
Sonrió levemente y al preguntarle que si
quería dormir me dijo que no.
Entonces me senté
a su lado y pregunté por las últimas novedades. Mirian hablaba menos claro que
de costumbre y además parecía un tanto
apagada y desganada. Le pregunté que si estaba triste y respondió que sí. Al preguntar la causa de su tristeza me dijo
"por mi hermana y por mi país". Intenté charlar con ella, le pregunté
por la Navidad y por sus regalos y me dijo que había recibido un libro. Al preguntarle el título respondió sin titubear "Cien
años de soledad". Al preguntarle su
autor se equivocó, dándome el nombre de otro escritor, pero al corregirla yo
con la primera silaba ella supo responder con el nombre correcto. Al
preguntarle por el nombre del pueblo donde transcurría la historia se volvió a
equivocar, pero de nuevo volvió a auto-corregirse al darle yo la primera silaba.
A pesar de la conversación,
que yo me esforzaba por mantener fluida, Mirian constantemente interrumpía para pedir a su madre que la echara en la cama. A lo que la madre respondía con
infinita paciencia y cariño, una y otra vez, que no podía hacerlo porque tenía
puesta la alimentación y había que esperar a que terminase. Para que el goteo funcione correctamente se requiere
estar en un ángulo de 45 grados y no
completamente horizontal. Mirian se contentaba con esa respuesta, pero tardaba
pocos minutos en volver a pedir lo mismo, como si lo hubiese olvidado por
completo. Al preguntarle que por qué quería echarse me dijo que le dolía la
espalda. Su madre me contó que
últimamente Mirian no tenía ganas de comer, ni de levantarse,
ni de ir a pasear en la silla ni de hacer sus ejercicios. De hecho ese día no había
querido levantarse de la cama cuando así se lo habían propuesto las enfermeras.
Intenté que
conversara para distraer su atención al dolor. Pregunté que tal comía y su
madre me dijo que a pesar de sus ruegos, cuando estaba sola no comía casi nada. Había
que estar con ella y dárselo con la cuchara para lograr que se alimentara. Ella
intentaba estar allí a las horas de las comidas para poder hacerlo, porque
pensaba que las enfermeras no tendrían el tiempo de hacer algo así. Pero el médico
no quiere que la familia lo haga, como
tampoco quiere que la muevan, que le pongan la cuña o que le cambien el
pañal. Considera que eso es trabajo de
las enfermeras y se lo tiene prohibido.
Entonces me
dieron una fantástica noticia. El día de Navidad Mirian había salido del
hospital para ir a comer a casa de Rosa, con familia y amigos! En el
hospital le dieron su medicación por la mañana
y se la llevaron a pasar todo el día fuera. El traslado se hizo en silla de
ruedas plegable, y en un coche grande, y
fue todo muy bien. Por lo que fui
preguntando y me contó su madre Mirian estuvo muy contenta, reconoció la casa de
Rosa, y hasta comió con gusto en la mesa con todos. El perro que tiene Rosa la reconoció
inmediatamente, no se separaba de ella y le lamía la mano constantemente.
Parece ser que fue Mirian la que se lo regalo a sus hijas hace más de dos años.
Todo ello, además de parecerme un detalle precioso, reforzó mi opinión de que
los animales sienten cosas que a los humanos se nos escapan, y de que el
comportamiento de Mirian, como el de todo el mundo, se ve enormemente afectado
por la motivación y por el entorno. Y que a Mirian le haría mucho bien estar en
casa - con un seguimiento médico adecuado - en lugar de estar en el hospital.
Enseguida
llegaron las malas noticias. Parece ser que el jefe de clínica, que estaba de
vacaciones, se enfadó muchísimo cuando se enteró de esa salida. Es el médico que
trata a Mirian, una mujer muy dura de trato (yo he hablado con ella algunas
veces), que desde luego no se caracteriza por su empatía ni sensibilidad, y que desde siempre ha tenido graves problemas de comunicación con la
familia de Mirian (y parece ser que con casi todo el hospital). Pero ella es la que
manda allí y la que toma las decisiones.
La información que tengo de la historia es tan solo la versión de la
madre, y la conseguí haciéndole muchas preguntas. Las respuestas no siempre
fueron del todo consistentes, ni claras, y no tengo forma de completarla. Pero dicho esto, lo voy a contar igual,
o al menos voy a contar lo que he podido interpretar yo después de esa charla
con su madre. Con la complicidad de Rosa, al acercarse el día de Navidad, ellas
pensaron en intentar darle esa alegría a Mirian. Preguntaron al médico que si podrían
sacarla del hospital el día de Navidad y ella les dijo que en Ginebra si podían,
pero que más lejos no. El hecho de que Mirian ahora esté ilegal en Europa por
no haber renovado sus papeles (aun no entiendo cómo han podido dejar que eso ocurra
- pero no voy a entrar ahí) lo ha complicado todo aun mas. Rosa vive en
Francia, y aunque su casa está más cerca geográficamente del hospital que muchas zonas de Ginebra, es otro
país, y el paso de la frontera es algo arriesgado al no tener papeles. La médico simplemente no
estaba dispuesta a asumir ese riesgo, lo que es hasta comprensible, puesto que
posiblemente le acarrearía problemas a ella personalmente. Por otra parte, resulta francamente inhumano que un papel tenga ese poder, por el mero hecho de haber nacido en un lugar geográfico u otro.
Cuando la familia
llamó a Rosa para decirle que Mirian no podría salir, ella, que estaba en París
con su familia de vacaciones, se ofreció para ir a la embajada de Bolivia a
pedir un permiso que les permitiera pasar a Francia ese día. Parece que allí ya
conocen el caso de Mirian y que la renovación de sus papeles está en trámites.
Le dieron un papel, y con el papel en la mano volvieron a preguntar en el hospital (la médico por entonces ya se había
ido de vacaciones) y allí no les pusieron ningún problema. Incluso les ayudaron a
meterla en el coche y le dieron toda la medicación necesaria para pasar el día fuera.
Cuando se enteró
la médico jefe, a la vuelta de sus vacaciones, monto en cólera al considerar
que ese papel no servía para nada legalmente y que podía haber habido un
problema serio. Además les acuso de haberse aprovechado intencionadamente de su
ausencia. Y les prohibió que la volvieran a sacar del hospital.
Yo no sé si hubo
o no manipulación por parte de la familia. Pero en todo caso pienso que, si esa
mujer se tiene realmente que enfadar con alguien es más bien con su equipo, que les permitió salir, probablemente porque ni siquiera tenían la información necesaria sobre el caso
de Mirian. Porque seguramente nadie se la había proporcionado. O incluso con el consulado, que ha dado una autorización
que según ella no sirve (eso habría que verlo...). En ningún caso me parece justificado que se enfade, tanto, con una familia desesperada y desestructurada
que tras dos Navidades en un hospital tan solo quiere sacar a Mirian a celebrar la
comida da Navidad con familiares y amigos.
Por si todo ello fuera
poco, me contó que el proceso de nombrar un tutor legal para Mirian sigue sin terminar del
todo, lo que retrasa el juicio sobre el accidente. Y peor aun, el permiso de su hermana caduca
en Febrero y todavía no se sabe si se lo van a renovar o no. Así que no me extraña
que Mirian esté enfadada y triste, porque a mi me parece que ella se entera de todo, o al menos
que capta perfectamente la atmósfera
emocional de su entorno. Yo desde luego
estoy triste y enfadada y tengo muchas menos razones que ella para estarlo.
En esto llegó un
fisioterapeuta, nuevo para mí (creo que remplaza a la que está de vacaciones).
Iba a ver si Mirian quería hacer su sesión
porque por la mañana no había querido. Yo pregunté a Mirian, la animé a hacerlo, y al
preguntarle él mismo en francés que si estaba dispuesta ella le dijo que "oui".
Yo pregunté si no podría llevársela ya mismo, aunque yo estuviera allí de
visita no me importaba porque ya me iba. Y el cogió, la levantó de la cama y se
la llevó en su silla a hacer su sesión. Poco después paso la ergo terapeuta, a
la que si conozco, y al decirle que Mirian estaba con el fisio dijo que
entonces ella la cogería directamente después.
Yo no volví a verla, pero si me quedé un
rato más hablando con la madre, que está muy preocupada por la situación. Es todo tan complicado para ellos... El
abogado les ha dicho que lo de la tutela está ya a punto de solucionarse, cuestión
de días, y que a partir de ahí todo se podrá acelerar rápidamente. Las dificultades parece ser que vienen por la mezcla de países involucrados
(Francia, Suiza, Bolivia) y la complejidad jurídica de nombrar a una persona
capaz de ser la responsable legal de Mirian, gestionar el dinero de la indemnización
correctamente y defender sus
derechos.
Al pregunta sobre
la medicación que recibe Mirian actualmente, su madre no supo decirme bien lo que le
estaban dando, pero si me dijo que acaban de quitarle la medicina para la
agresividad, lo que hace que esta algo más activa y despierta.
En esto llegaron
dos enfermeras, que se quedaron sorprendidísimas al ver que Mirian no estaba en su cama. Yo les conté que se la
había llevado el fisio a hacer su sesión, y al verme allí me
explicaron que ellas por la mañana intentan animar a Mirian, pero que si ella
no quiere levantarse no la obligan ni la presionan, sobre todo para evitar que ella vuelva a
ponerse agresiva. Reconocieron que Mirian con su hermana o su madre está más activa y receptiva que con ellas, pero que
no pueden ni saben hacer mucho para evitarlo, aunque les gustaría. Me pidieron que le explicara
eso bien a la madre, lo que creo que hice. Desde luego es muy difícil para cualquiera el
encontrar el punto de equilibrio entre el dejar que ella se hunda en su desgana
y el obligarla a trabajar. También les hablé del dolor de espalda de Mirian, que ellas ignoraban, y me aseguraron que harían algo al respecto.
Y eso es más o menos todo lo que hubo en mi
visita de ayer. Siguen las dificultades y los problemas, que desvirtúan un poco
la grandísima noticia de esta primera salida de Mirian. Pero yo, aunque me
cuesta horrores, hoy quiero quedarme con esto último, apretar los dientes y
confiar en que pronto estará esa tutela legal resuelta. Y que entonces Mirian podrá
salir de ese hospital y disfrutar de estar en casa y con los suyos, que en mi
opinión es lo que más necesita.
Qué alegría me ha dado ver tu nueva entrada con noticias nuevas de Miriam.
ResponderEliminarNo entiendo por qué es tan lenta la recuperación de Miriam y por qué todo es tan complicado.
Mi madre lleva una semana en un centro de rehabilitación que realmente es una residencia de ancianos pero la fisioterapia es muy buena y en cuatro días ha hecho muchos avances. Siendo Miriam tan joven la recuperación tendría que ir más rápido.
Lo que cuentas de la doctora, me suena micho. Es la soberbia que nos acompaña en nuestra condición de humanos. Nosotros también vivimos algún episodio de este tipo a lo largo de los 6 seis meses de hospitalización de mi madre. Se olvidan que trabajan con personas y lo más importante PARA PERSONAS. Por cierto, me encanta la imagen del médico que acompaña al relato.
Muchas gracias y muchos ánimos para Miriam.
Alicia
Gracias Alicia!
EliminarYo también me alegro mucho de saber que tu madre mejora.Y tampoco entiendo muchas cosas. Ademas de la calidad y la frecuencia de la rehabilitación, hay muchos mas factores. Las circunstancias del caso de Mirian son muy complejas en muchos niveles: cultural, lingüístico, económico, jurídico, social... Y en lo físico, ella estuvo un anyo en coma inmovilizada y la lesión cerebral por el trauma craneal que sufrió es muy importante. Que hoy se mueva, hable y coma ya es un avance tremendo. Pero yo creo que en esto nunca se sabe, lo que si se sabe es que del cerebro aun conocemos realmente poco...
En todo caso muchas gracias a ti por estar ahí y por compartir tu experiencia. Mucho animo y un abrazo para ti y para tu madre.