Sobre este blog

En casos extremos algunas almas se pierden durante un tiempo en un estado de coma o estado vegetativo, mundo fascinante y desconocido que me gustaría poder dar a conocer aquí. A través de una historia real, llena de esperanza, y de un libro.
Algunas personas consiguen despertar del coma, otras no. Pero me consta que, independientemente del desenlace, utilizando
el "coma work" que describe el libro, al menos se las puede ir a buscar y llegar a comunicarse con ellas.

sábado, 25 de febrero de 2012

Un cambio inesperado

Ayer viernes volví a ver a Mirian, y a su madre. Y desde la última vez ha habido algunos cambios, tan inesperados como positivos.

Antes de empezar diré que el jueves por la noche yo llegué bastante tarde a casa. Acudí a mi primera reunión con Noesis, un grupo de personas que se reúne una vez al mes, en Ginebra, para compartir experiencias. En la mayoría de los casos son experiencias relacionadas de alguna forma con  la muerte. Yo les conocí a través de un libro llamado "Estados alterados de Consciencia", que un buen dia vi y me compré, sin más, deambulando por FNAC. Al leerlo y saber que sus autores viven en Ginebra, y que han formado este grupo que me pillaba tan cerca, me fui por allí a meter mi curiosa nariz. La reunión fue muy interesante y duró más de 3 horas. No voy a contar nada de lo que se contó allí, sencillamente porque pertenece a la intimidad de la gente. Si diré que había unas 25 personas de toda edad, sexo y condición. Gente de lo más normal, contando cosas increíbles que en algunos casos habían callado durante años y no habían compartido ni con su entorno habitual más cercano.  Me impresionó mucho de lo que allí se dijo, y también la calidad de la escucha. Allí hablaba el que quería y cuando quería, sin moderador, y todo el mucho escuchaba al que hablaba con auténtica atención.  ¡Ojalá en las miles de reuniones de trabajo que se hacen a diario en todo el mundo se escuchara con una calidad en la atención la cuarta parte de buena que la que allí existía!! 

lunes, 6 de febrero de 2012

Una visita sin más

El viernes volví a visitar a Mirian, y esta vez me la encontré en su habitación pero no echada en su  cama y en pijama sino ya vestida, calzada y sentada en su silla de ruedas, enfrente de la tele encendida.No había nadie más allí, excepto un hombre que hacia la limpieza y que me pidió esperar fuera hasta que se secara el suelo. 
Cuando el suelo estuvo seco me acerqué, apagué la tele sin preguntar, me senté a su lado y pregunté por las últimas novedades. Mirian me respondió en francés,  hablando menos claro que de costumbre  y pareciéndome un tanto apagada y desganada. Incluso su mirada me pareció mucho menos viva que antes. No sé si es su estado de ánimo actual, el efecto de la medicación o ambas cosas.




Intente darle conversación, pero fue mas difícil que nunca. Ella seguía hablándome en francés, y pidiéndome insistentemente que la echara en la cama. Le expliqué que yo no era enfermera y que no podía hacerlo sin su permiso y ayuda, así que iba a tener que esperarse. Aunque ella afirmaba con la cabeza y decía "d'accord" mansamente, al poco rato volvía a la carga.