Sobre este blog

En casos extremos algunas almas se pierden durante un tiempo en un estado de coma o estado vegetativo, mundo fascinante y desconocido que me gustaría poder dar a conocer aquí. A través de una historia real, llena de esperanza, y de un libro.
Algunas personas consiguen despertar del coma, otras no. Pero me consta que, independientemente del desenlace, utilizando
el "coma work" que describe el libro, al menos se las puede ir a buscar y llegar a comunicarse con ellas.

domingo, 25 de marzo de 2012

Primer día de una nueva primavera

En mi última visita, uno de esos preciosos primeros días de una nueva primavera, me encontré la habitación de Mirian vacía.

Sí estaba la tele encendida, en un canal de televisión española, y como yo no sabía cuánto tiempo estaría fuera, dependiendo de si estaba en alguna terapia, en el baño, en algún examen médico o simplemente dando un paseo, llamé a su madre al móvil. Ella respondió enseguida y me dijo que estaban tranquilamente dando un paseo por el jardín, así que fui a su encuentro para no perder tiempo. 

El jardín de este nuevo hospital es enorme, hay muchos senderos y muchos bancos de muchos colores por todas partes. Era un día soleado, ya empezaban a salir bastantes flores y en medio había un gran estanque donde no solo se veían peces y patos, sino también una enorme tortuga que tomaba el sol tranquilamente encima de una roca. Las encontré enseguida. Además de ver a Mirian guapa, con el pelo limpio y bien peinado, enseguida me di cuenta de que ese día estaba de buen humor, incluso charlatana. Tal y como era ella habitualmente hace tan solo unos meses.

Terminamos el paseo, les enseñé la tortuga,  y algunos minutos después volvimos a la habitación, pues según su madre se acercaba la hora de su sesión de fisioterapia. 

Por el camino aproveché para enterarme de las novedades:  Mirian sigue comiendo muy bien, y ella misma me contó si dudar todo lo que había comido ese día con todo lujo de detalles. Aun no le han cerrado la vía porque necesita líquidos, ya que por medio natural no logra tomar los suficientes. No ha habido nuevos brotes de agresividad, y ya le están aumentado el número de sesiones de las distintas terapias de rehabilitación.  Además, ahora le dan un masaje relajante una vez por semana, lo que ha contribuido a disminuir sus dolores de espalda.  La reunión con los médicos fue muy positiva, en castellano, y aunque les piden paciencia y tiempo también constatan una clara mejoría desde su ingreso. Ella desde luego se siente contenta en este hospital, y eso salta a la vista.  Y de nuevo charla y se ríe cuando interaccionas con ella.  Parece que aunque ha tenido una ligera gripe estos últimos días, ya estaba remitiendo.

Volvimos a la habitación, para no llegar tarde a su sesión de fisio, y enseguida nos pidió que la echáramos en la cama. Yo le pregunté que  si quería jugar al ajedrez conmigo mientras llegaba el fisio y ella me dijo que sí. Al darle a elegir entre blancas y negras, eligió sin dudarlo las negras.  Al ver que no lograba colocar sus fichas con precisión ella sola, le pedí que se fijara en como las colocaba yo y que colocara las suyas enfrente de la misma manera, lo que hizo fácilmente y sin errores. 

Es obvio que no ve bien por el ojo izquierdo, lo que le dificulta el manejo de las distancias.  Pregunté a su madre sobre ello y parece que no va a poder recuperar la visión de ese ojo, al tener varios de los nervios principales dañados como consecuencia del golpe en la cabeza. 


Empezamos la partida, y aunque con algunos errores Mirian iba moviendo sus fichas con bastante soltura y rectificando al corregirla yo en sus movimientos.  Su madre participaba ayudando a Mirian, de hecho ella está aprendiendo ahora a jugar al ajedrez y yo hasta diría que le gusta.  Yo le iba poniendo trampas, y ella no solo me comía mis fichas - con gran alegría por su parte - sino que parecía tan entretenida que incluso se pasó un buen rato sin pedir que la echaran en la cama.  Cuando le di la enhorabuena por ello, Mirian se puso muy contenta y se rió con una risa traviesa.
No llegamos a terminar la partida, digamos que quedamos en tablas, pero pasamos un buen rato y al terminar ella sola recogió su fichas y las puso en su lugar, una a una.

Durante la partida,  yo le ofrecí varias veces para beber un brick de leche con una pajita que había encima de la mesa. Cada vez que lo hice ella dio un buen trago, con ganas y sin protestar.  Creo que a ella no se le ocurre beber sola, o quizá no sienta sed, pero si se le ofrece no tiene ningún problema en hacerlo.




El fisioterapeuta no apareció, y su madre fue a preguntar a las enfermeras. Parece ser que había habido un malentendido con el horario.  A mí se me hizo de todas formas la hora de irme y me despedí, no sin antes preguntar a su madre como iban las cosas por el lado legal.  Según sus palabras, el asunto de la tutoría legal ya está resuelto, y el juicio debería avanzar acorde con ello en las próximas semanas.

Así que me fui muy contenta con todo lo que vi y sentí. Esta vez no pude ver a Laura, pues ella no estaba en el hospital esta semana, pero seguramente la veré la próxima vez que vaya y espero que para entonces habrá hablado con el médico de Mirian y podrá darme alguna información interesante sobre su pronóstico.

Claro que habrá que saber esperar, pues la semana que viene empiezan las vacaciones de Pascua y yo tardaré en volver a verla algo más de lo habitual.


No hay comentarios:

Publicar un comentario