Sí estaba la tele
encendida, en un canal de televisión española, y como yo no sabía cuánto tiempo estaría fuera,
dependiendo de si estaba en alguna terapia, en el baño, en algún examen médico
o simplemente dando un paseo, llamé a su madre al móvil. Ella respondió enseguida
y me dijo que estaban tranquilamente dando un paseo por el jardín, así que fui a su encuentro
para no perder tiempo.
El jardín de este
nuevo hospital es enorme, hay muchos senderos y muchos bancos de muchos colores por todas partes.
Era un día soleado, ya empezaban a salir bastantes flores y en medio había un
gran estanque donde no solo se veían peces y patos, sino también una enorme tortuga que
tomaba el sol tranquilamente encima de una roca. Las encontré enseguida. Además
de ver a Mirian guapa, con el pelo limpio y bien peinado, enseguida me di
cuenta de que ese día estaba de buen humor, incluso charlatana. Tal y como era ella habitualmente hace
tan solo unos meses.
Terminamos el
paseo, les enseñé la tortuga, y algunos minutos
después volvimos a la habitación, pues según su madre se acercaba la hora de su
sesión de fisioterapia.
Por el camino aproveché para enterarme de las
novedades: Mirian sigue comiendo muy
bien, y ella misma me contó si dudar todo lo que había comido ese día con todo lujo de detalles.
Aun no le han cerrado la vía porque necesita líquidos, ya que por medio natural no logra tomar los
suficientes. No ha habido nuevos brotes de agresividad, y ya le están aumentado el número
de sesiones de las distintas terapias de rehabilitación. Además, ahora le dan un masaje relajante una
vez por semana, lo que ha contribuido a disminuir sus dolores de espalda. La reunión con los médicos fue muy
positiva, en castellano, y aunque les
piden paciencia y tiempo también constatan una clara mejoría desde su ingreso. Ella
desde luego se siente contenta en este hospital, y eso salta a la vista. Y de nuevo charla y se ríe cuando interaccionas con
ella. Parece que aunque ha tenido una ligera
gripe estos últimos días, ya estaba remitiendo.
Volvimos a la habitación,
para no llegar tarde a su sesión de fisio, y enseguida nos pidió que la echáramos
en la cama. Yo le pregunté que si quería
jugar al ajedrez conmigo mientras llegaba el fisio y ella me dijo que sí. Al
darle a elegir entre blancas y negras, eligió sin dudarlo las negras. Al ver que no lograba colocar sus fichas con precisión
ella sola, le pedí que se fijara en como las colocaba yo y que colocara las
suyas enfrente de la misma manera, lo que hizo fácilmente y sin errores.
Es
obvio que no ve bien por el ojo izquierdo, lo que le dificulta el manejo de las
distancias. Pregunté a su madre sobre
ello y parece que no va a poder recuperar la visión de ese ojo, al tener varios
de los nervios principales dañados como consecuencia del golpe en la cabeza.
Empezamos la
partida, y aunque con algunos errores Mirian iba moviendo sus fichas con
bastante soltura y rectificando al corregirla yo en sus movimientos. Su madre participaba ayudando a Mirian, de hecho
ella está aprendiendo ahora a jugar al ajedrez y yo hasta diría que le gusta. Yo le iba poniendo trampas, y ella no solo me comía
mis fichas - con gran alegría por su parte - sino que parecía tan entretenida
que incluso se pasó un buen rato sin pedir que la echaran en la cama. Cuando le di la enhorabuena por ello, Mirian
se puso muy contenta y se rió con una risa traviesa.
No llegamos a
terminar la partida, digamos que quedamos en tablas, pero pasamos un buen rato
y al terminar ella sola recogió su fichas y las puso en su lugar, una a una.
Durante la partida,
yo le ofrecí varias veces para beber un
brick de leche con una pajita que había encima de la mesa. Cada vez que lo hice
ella dio un buen trago, con ganas y sin protestar. Creo que a ella no se le ocurre beber sola, o quizá
no sienta sed, pero si se le ofrece no tiene ningún problema en hacerlo.
El fisioterapeuta
no apareció, y su madre fue a preguntar a las enfermeras. Parece ser que había habido
un malentendido con el horario. A mí se
me hizo de todas formas la hora de irme y me despedí, no sin antes preguntar a
su madre como iban las cosas por el lado legal. Según sus palabras, el asunto de la tutoría
legal ya está resuelto, y el juicio debería avanzar acorde con ello en las próximas
semanas.
Así que me fui
muy contenta con todo lo que vi y sentí. Esta vez no pude ver a Laura, pues ella no
estaba en el hospital esta semana, pero seguramente la veré la próxima vez que vaya y
espero que para entonces habrá hablado con el médico de Mirian y podrá darme alguna información
interesante sobre su pronóstico.
Claro que habrá que saber esperar, pues la semana
que viene empiezan las vacaciones de Pascua y yo tardaré en volver a verla algo más de lo habitual.
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