Apagué la tele y
me senté a su lado, pidiéndole que me contara como iban las cosas últimamente. Con voz algo apagada y pausadamente, sin
muchas ganas de conversar, me dijo que todo iba bien, que se sentía tranquila.
Entonces yo fui haciéndole diversas preguntas y ella me fue respondiendo
sucesivamente a cada una de ellas: que
ya no tiene dolores, que está bien, que come bien, que bebe bien... Le pregunté cómo
iba de movimiento y me mostró cómo mueve su brazo izquierdo (el malo). Al preguntarle
si podría irse ella sola en la silla hasta el pasillo, sin decir nada hizo una demostración práctica delante de mí. Aun no puede empujar la silla con su brazo izquierdo, pero se
las apaña perfectamente para maniobrar y avanzar en línea recta, utilizando solo el brazo derecho y ayudándose con los pies.
Celebré sus
logros, y también lo contenta que estaba de que no me hubiera pedido varias veces que le
cambiara la protección, como hacía antes. Ella sonrió, sin más. Le pregunté si seguía triste y negó con la cabeza, diciendo que
estaba tranquila.
Entonces su madre
empezó a contarme detalles, con el entusiasmo que ese día le faltaba a Mirian.
Ya bebía líquidos suficientes (delante de mí se bebió un vaso entero de zumo, de un tirón y con
ganas). Ante eso, el médico ha propuesto cerrarle ya la vía gástrica definitivamente,
y la intervención se hará en los próximos días. Me confirmó que Mirian ya ha dejado de pedir
constantemente que le cambien el pañal, o cualquier otra cosa, y que ha pasado en poco
tiempo de la exigencia permanente a la complacencia. Para alivio de las
enfermeras y sobre todo para gran alivio de su madre. El médico ha ordenado también
que a partir de ahora, y cada dos horas, le
pongan en una silla especial para hacer sus necesidades. La idea es ir
acostumbrando a su cuerpo a recuperar el control necesario con la practica, lo cual a mi me parece un enorme paso adelante.
En esto llegaron
unos hombres a fumigar la habitación, y nosotras nos salimos al pasillo a esperar
a que vinieran para llevarla a su sesión diaria de fisioterapia, pues faltaban pocos minutos . Como Mirian no hablaba
mucho, su madre me siguió contando que el médico pasó el día anterior a ver a Mirian
y que charló con ella animadamente en castellano. Le preguntó incluso cómo se sentía
ella, si la trataban bien las enfermeras y si podían hacer algo por ella para que se
sintiera mejor. Mirian respondió positivamente a todo y le pidió unas sesiones
de arte-terapia., modalidad que se utiliza bastante en los centros hospitalarios suizos como herramienta de rehabilitación. Es un tipo de terapia creativa, que consiste en el uso del proceso creativo con
fines terapéuticos. Se basa en la idea de que los conflictos e
inquietudes psicológicas pueden ser trabajados por el paciente mediante
la producción artística. Se instrumenta con los distintos tipos de
disciplinas artísticas (música, plástica, teatro, danza), según la
situación terapéutica que se esté atravesando. El médico asintió,
asegurando que iba a organizarlo todo para incluir esa nueva actividad en su
programa semanal.
Yo le pregunté entonces si ella, como madre, se sentía
contenta de la comunicación con el médico. Ella, sin dudarlo, me dijo aseguro
que sí: la trataba muy bien, le explicaba todo con paciencia y en detalle, y además ella podía pedir hablar con él cuando quisiera y él en poco tiempo estaba disponible. Ambas
comentamos las diferencias con el otro hospital, y en cómo algo así afectaba al estado de salud de Mirian...
¿Cuándo empezará a ser ampliamente reconocido
en todos los hospitales del mundo que el trato a los familiares y a los pacientes afecta a la salud
de los mismos, al igual que los procedimientos puramente técnicos? Me consta, al haberlo vivido en primera persona como paciente de hospital, que en LatinoAmerica ese es un concepto que no solo esta muy arraigado en la cultura y personalidad del personal hospitalario, sino que se tiene muy en cuenta y se ponen los medios necesarios para la lograrlo.
Era un día
caluroso y pasaron por los pasillos ofreciendo bebidas. Por cierto tuvieron el
detalle de ofrecernos también a su madre y a mí. Mirian se tomó un vaso entero de zumo de
naranja (completamente sola) y su madre otro. Poco después vinieron a buscarla
y yo ya me despedí.
Como aun me
quedaba algo de tiempo, le propuse a su madre ir a la cafetería a tomar un café
y una tarta. De camino pasamos por la peluquería
y le sugerí pedir una cita para cortarse el pelo, puesto que alguna vez me lo había
comentado. Ella dejó de teñirse su pelo cuando llegó a Ginebra y ahora ya lo
tiene todo blanco, precioso, pero aun le quedan las puntas de color y quería quitárselas.
Ella aceptó mi
propuesta, pedimos cita, y apuntamos la fecha en un papel que guardó
en el bolso. Además descubrimos que la
peluquera habla castellano perfectamente, lo que simplifica las cosas.
Luego nos tomamos una tarta y una zumo
en el restaurante, mientras ella me contaba que una amiga la había invitado a
ir a la montaña el fin de semana. Y que aunque le costaba mucho dejar a Mirian
sola, ella misma la había animado a que se fuera (tan solo dos días) . Y por fin había aceptado. Yo desde luego también le animé
a hacerlo, porque ya va siendo hora de que esa mujer se tome un respiro. Además
parece ser que Rosa está ya al corriente y piensa ir a visitar a Mirian con su
familia durante esos dos días.
Me despedí animándola, contenta por ella y por últimos
los progresos de Mirian. Y le puse en su mano, lo más discretamente que pude,
el dinero necesario para su sesión de peluquería. Ella, por suerte y discretamente, lo aceptó.
Y me fui, preguntándome
sobre las razones de este nuevo talante complaciente de Mirian, sobre cuánto tiempo quedaría
para que le encontraran una casa en Ginebra y la sacaran de allí, y sobre
cuando terminaría el juicio de una y toda la familia podría volver a reunirse
nuevamente en Bolivia.
Preguntas, todas
ellas, sin respuestas.
Claro que quizá
lo mejor sería inspirarse en los koans del zen, donde la respuesta correcta a
las preguntas no es nada que se pueda pensar. Donde hay que abandonar la
pregunta y experimentar directamente lo-que-es.
Donde llega un momento en el que ya no hay necesidad de preguntas.
Hola querida,
ResponderEliminarMe alegra saber que Miriam sigue avanzando en su camino y que está más apoyada, tanto ella como su madre, por el médico. Es una buena noticia que pueda ingerir alimentos por si misma, ya que de nuevo se acercará a los sabores y la textura de los alimentos, y puede ser muy estimulante para ella. Es cierto tal y como dices, la importancia de que la familia se sienta arropada por el equipo de profesionales. También ha sido básico, el apoyo que ellas han recibido por tu parte y de la gran labor que realizas.
Al menos tus comentarios de esta entrada, equilibran la desazón y tristeza de tu comentario anterior. Es difícil y complejo todo el tema, ya lo hemos estado comentando. O te encuentras con la negativa de los profesionales o con las reticencias de algunos de los familiares. Los primeros porque no creen demasiado en lo que intentas explicarles, aunque vean los resultados con el paso del tiempo, y por parte de algunos de los familiares, porque desean respuestas "ya", algo que no está en nuestras manos, sino que es la propia persona que está en coma la que muestra el camino a seguir, esperando recibir el apoyo y la comprensión necesarias. Toda la situación en sí incluyendo a los que rodean a estas personas (profesionales/familia/amigos) es un Koan, tal y como dices, una situación misteriosa en cada involucrado es una parte del Koan, y cada uno debería encontrar el sentido de ese Koan, en apariencia absurdo, sin sentido, sin lógica, doloroso, desconcertante y sin embargo, tan cargado de sentido, trascendente, iniciático, porque lleva a muchas personas a zambullirse en aspectos de la Vida/Muerte, que no se habían planteado.
En otros casos porque se asustan de ver la respuesta de la persona que está en coma al estímulo que reciben.
Pero no te desanimes en exceso, tal vez en el próximo giro del camino, te encuentres con alguna sorpresa inesperada que te impulse hacia donde tienes que llegar.
Un abrazo para ti y para Miriam. Hasta pronto.
Montse
Gracias querida Montse :)
ResponderEliminarCada vez que te leo me doy cuenta de que tu sabes de esto infinitamente mas que yo, y de la suerte que tengo de haberte encontrado.
Complejo desde luego que lo es, seguramente por ello me he sentido yo tan atraída por este tema.
Pero no me desanimo, últimamente he aprendido como la aceptación y la paciencia acaban dando sus frutos. Yo que era la impaciencia personificada! Quiero pensar que estaré preparada y encantada de encontrar esas sorpresas que me esperan, y ojala que sean muchas. Giros en los caminos los habrá pronto, eso seguro :-)
Un abrazo