Para ver traducción al castellano hacer click en Traduccion ESP Coma.pdf
Yo misma escribí esa traducción como pude, hace ya muchos meses - para que lo leyera la familia de Mirian y decidiera que quería aceptar o no la generosa y desinteresada ayuda profesional ofrecida por J.C. Audergon. El fue la persona que nos hablo de ese libro y nos propuso aplicar sus tecnicas con Mirian. Nunca se lo podré agradecer todo lo que merece.
Se lo agradezco también en al alma a su autora, Amy Mindell, con la que he contactado por e-mail contándole todo esto y pidiéndole su permiso para publicarlo on-line. Ella me lo ha dado sin tardar y sin dudarlo, a pesar de que ella no habla castellano y de que esto le podría generar algún inconveniente con el mundo editorial por temas de derechos de autor. Gracias Amy, solo puedo decir que - aun sin conocerte personalmente - eres una inspiración para mí.
Recomiendo sin duda la lectura del libro completo, que por desgracia no está traducido. Tan solo traduje un corto resumen con lo que yo consideré en su momento que más podría interesar a la familia. Y ademas faltan las preciosas y útiles ilustraciones del original. Pero al menos sí contiene algunos casos reales y también la descripción de los ejercicios básicos y al alcance de todos, que ella propone para establecer la comunicación con las personas en coma, sin importar su condición. No es un trabajo de traducción profesional, fue hecho muy deprisa y sin ningún ánimo de que un día fuera público. Hay errores, seguro, y no pocos, pero he querido dejarlo tal y como está.
Quizá un día algún editor se anime a publicar una traducción completa y profesional que se pueda comprar en una librería por un precio razonable. Mientras tanto, esto tendrá que bastar al que lo necesite, como nos ha valido a nosotros. Y ojala así sea. Con que eso ocurriera una sola vez, en cualquier sitio del mundo, para mí ya habrá merecido la pena.
Y termino con la transcripción del último párrafo (traducido) del libro original, escrito por Arnold Mindell, marido de Amy.
“Cuando uno se permite aprender sobre el proceso de la muerte, se consigue una actitud ante la vida mucho más ligera. Te sientes aliviado, pues la muerte pasa a ser algo de lo que no tienes que volver a preocuparte. Lo peor de la muerte y de morir es que no se tiene ninguna experiencia en el tema hasta que no se está dentro. Por lo tanto, aprende de aquellos que están muriendo comunicándote con ellos.
Si quieres recordar una sola cosa importante cuando vayas al hospital a visitar a un enfermo, recuerda que la vida es una experiencia increíble y misteriosa, sobre la que tienes la gran suerte de poder aprender mucho más gracias a ese magnífico profesor que tienes delante, postrado en su cama.”