Ayer visité de
nuevo a Mirian, tras un par de semanas sin verla durante las vacaciones
escolares. La encontré en su habitación, con su madre. Estaba vestida, bien peinada y sentada en su silla, con una posición bastante
erguida. La tele
estaba apagada, pues ambas acababan de llegar de un pargo paseo por el jardín,
a pesar de la lluvia.
Nada más verme me
cogió la mano y me dijo, en francés, que si podía echarla en su cama. Sigue
teniendo la manía, que resulta cada vez mas agotadora para su madre, de pedir
constantemente o bien que la echen o bien que le quiten el pañal. ¡Es como un
disco rayado!
Le expliqué que yo
no podía ayudarla, puesto que no era enfermera. Y que además a ella le venía
bien estar sentada para mejorar su tonicidad muscular. Te escucha atenta, lo entiende, se conforma, asiente con la cabeza, dice
"bueno"... pero vuelve a la carga en pocos segundos.
En esto llegaron
dos enfermeras, y su madre y yo nos salimos de la habitación. Aproveché para enterarme
de las novedades. No ha habido muchas, pues durante las épocas de vacaciones (y
los fines de semana) el nivel de actividad en general en los hospitales se resiente
bastante. En resumen, sigue comiendo muy bien y están pensando en cerrarle ya
la vía definitivamente. Aunque aun buscan que sienta más ganas de tomar líquidos
de manera natural (sed), sin tener que
estar insistiendo para que beba. No ha aparecido ningún síntoma de agresividad
y la medicación se la están reduciendo bastante en ese sentido.