Ayer viernes
volví a ver a Mirian, y a su madre. Y desde la última vez
ha habido algunos cambios, tan inesperados como positivos.
Antes de empezar diré
que el jueves por la noche yo llegué bastante tarde a casa. Acudí a mi primera reunión
con Noesis, un grupo de personas que se reúne una vez al mes, en Ginebra, para
compartir experiencias. En la mayoría de los casos son experiencias relacionadas
de alguna forma con la muerte. Yo les conocí
a través de un libro llamado
"Estados alterados de Consciencia", que un buen dia vi y me compré, sin más, deambulando por FNAC. Al leerlo y saber que sus autores viven en Ginebra, y que han
formado este grupo que me pillaba tan cerca, me fui por allí a meter mi curiosa
nariz. La reunión fue muy interesante y duró más de 3 horas. No voy a contar
nada de lo que se contó allí, sencillamente porque pertenece a la intimidad de
la gente. Si diré que había unas 25 personas de toda edad, sexo y condición. Gente de lo más normal, contando cosas increíbles
que en algunos casos habían callado durante años y no habían compartido ni con
su entorno habitual más cercano. Me impresionó
mucho de lo que allí se dijo, y también la calidad de la escucha. Allí hablaba
el que quería y cuando quería, sin moderador, y todo el mucho escuchaba al que hablaba con auténtica atención. ¡Ojalá en las miles de reuniones de trabajo que se
hacen a diario en todo el mundo se escuchara con una calidad en la atención la
cuarta parte de buena que la que allí existía!!
Yo desde luego estaba bastante intimidada ante la cantidad de gente y lo que alli se decía, y no
pensaba hablar sino más bien observar y escuchar. Pero tras la intervención particular de una mujer, yo me sentí impulsada a hacerlo y conté muy brevemente la historia del coma y de
Mirian. La mujer en cuestión era una argentina muy simpática, de mediana
edad, que también estaba allí por primera vez, animada por una amiga que se encontraba a su lado. Como yo, ella también iba más por curiosidad que por contar nada
personal. Dijo que era médico, al
igual que su amiga, y que estaba especializada en geriatría y cuidados
paliativos. Se notaba que dominaba mejor
el castellano y el inglés que el francés, aunque se comunicaba
perfectamente en esta lengua. Ambas amigas se fueron antes de
terminar la reunión, pero al hacerlo ella se acerco a mí, me pasó su tarjeta y
me pidió que me pusiera en contacto con ella. El caso es que yo salí de esa
reunión bastante avanzada de la noche,
bastante impresionada con la experiencia y con el plan de ir a ver a Mirian al día
siguiente.
Al llegar a casa tenía
un mensaje en el contestador, de la hermana de Mirian, informándome de que ese
mismo día habían trasladado a Mirian a
un nuevo hospital. Me daba también el número de habitación y el nombre del
hospital, un lugar totalmente desconocido para mí. Me alegré de que esta vez al menos me hubieran avisado y me fui a la cama, dispuesta a ir a ver al día siguiente dónde
estaba Mirian y cómo estaban las cosas.
Y así llegué yo de
nuevo a un nuevo hospital, buscando de nuevo a Mirian.
Me encontré con su madre en la entrada, quien se ofreció a acompañarme hasta la habitación. Enseguida la noté bastante contenta. El hospital es un geriátrico
bastante grande pero que cuenta con una unidad psiquiátrica y varios tipos de terapias
(fisio, logo, ergo, etc.). Antes de ir
a la habitación aproveché para charlar con ella en privado y enterarme de las
últimas novedades. Las razones del traslado
no me quedaron muy claras. Parece que Mirian ha vuelto a ponerse agresiva con
las enfermeras, que deben estar ya cansadas de ella. Cansancio que sin duda es
recíproco. En todo caso, hace tiempo que para mí se hace obvio que allí ya querían deshacerse de ella, o que por alguna razón tratar a Mirian les supone en este momento un problema.
Recuerdo aun los primeros meses de hospitalización, cuando con Mirian aun en coma primero y ya consciente después, era todo lo contrario. Entonces todos queríamos que
llevaran a Mirian a otro centro
- considerando que necesitaba una rehabilitación
mas profesional e intensiva - y ellos ponían todo tipo de obstáculos e insistían en que Mirian estaba en el lugar
adecuado. ¡Y como han cambiado las
cosas últimamente! No sé si se han cumplido plazos legales en la cobertura del
seguro, que ya no paga como antes, o si
el tema de los papeles de Mirian les supone un problema jurídico. El caso es que el "gran jefe", el que
está por encima de su médico, habló hace pocos días con la familia y les propuso trasladarla a
este otro centro, donde hay unidad psiquiátrica que sabe controlar los brotes de
agresividad de Mirian. Parece que al menos les pidió disculpas y reconoció el error cometido
hace unos meses de enviarla a un psiquiátrico,
proponiéndoles este otro centro intermedio como la solución más adecuada. Y así parece que se fueron, sin despedirse prácticamente de nadie después de tanto tiempo allí!!!
Mirian no llevaba
allí ni 24 horas cuando yo llegué, pero ya se veía que su madre se sentía contenta y que había tenido una buena acogida. El médico asignado a Mirian habla español, y también el psicólogo - que incluso ya había
ido a presentarse. Varias de las
enfermeras también saben hablar español. Hasta ya hay una fecha prevista para una primera reunión informativa con
la familia y todo el equipo. Incluso el nombre de Mirian estaba ya en la puerta de
su habitación cuando llegaron. Por si fuera poco, el transporte hasta allí es más
fácil y más rápido, tanto para la familia como para mí (yo al menos me ahorro media hora
de coche por trayecto además de mucho tráfico). Aunque ignoro completamente los entresijos del sistema de salud en
Suiza , aunque intuyo que no debe ser nada obvio, no
puedo dejar de preguntarme por qué no la han enviado allí muchísimo antes!!!
Pregunté a la
madre sobre el tema jurídico, discretamente y sin mucha insistencia, pues me consta que les
cuesta hablar del tema. Parece ser que la tutoría esta ya al caer y que la
hermana ha conseguido renovar sus papeles. Así que hasta por ese lado parece que las
cosas van bien!!
Y tras terminar
la charla nos fuimos juntas a la habitación para pasar un rato con Mirian. La habitación es individual, bastante grande y diría que incluso bonita. La
ventana da a un gran jardín. Ella estaba
sentada en la silla, mirando la tele. Le
pedí si podía apagar la tele y me senté a su lado. Sigue apagada, seria, hablando poco y en francés,
y pidiendo a cada minuto que le echen en la cama. Cuando le explicas que no eres enfermera y que no te
lo permiten, dice "d'accord" y vuelve a la carga poco después, una y otra vez. Pero
muy mansamente. Debo decir que yo nunca he visto ni el más mínimo signo de
agresividad en Mirian, aunque es obvio que los tiene.
Le pregunté las
razones por las que quería estar en la cama, y me dijo que quería
descansar. Y ahí estuvimos un buen rato,
tratando de entretenerla y que pensara en otra cosa. No hay manera, cada minuto vuelve a
pedir que le echen en la cama, pero una se acostumbra a seguir adelante igual con eso.
Charlamos sobre
el carnaval, que justo ahora se celebra en Bolivia. Ella nos contó cómo se
disfrazó una vez de bruja y otra de ángel.
Al preguntarle si ella se sentía mas bruja o ángel ella me dijo sin
dudarlo - con una pícara sonrisa - que de ángel.
Luego le pregunté si sabía jugar
al ajedrez y a las cartas, y al decirme que sí le hice algunas preguntas sobre
ajedrez. Dudó en algunos momentos, acertó en otros. No sé si será posible o no,
pero yo le prometí que en mi próxima visita llevaría un ajedrez y unas cartas y
jugaríamos juntas. Y ella se puso contenta. Conseguí arrancarle un par de sonrisas, aunque
con bastante esfuerzo. Hasta que una enfermera muy
amable paso ofreciendo algo de beber. Mirian pidió y se tomó un vaso de leche (muy despacito)
y su madre un café.
Y así se acabó mi tiempo y yo me fui. Contenta, la verdad, pues aunque el estado de
Mirian es parecido al de la ultima vez,
y desde luego no es el mejor que yo he visto, al
menos su entorno sí que ha mejorado
ostensiblemente.
Antes de irme, mientras su madre me acompañaba a
la salida, le sugerí que en la próxima reunión con los médicos, y ya sin
necesidad de traducción, les explicaran que Mirian pide constantemente que le
hagan cosas como moverla, acostarla o cambiarle el pañal. Y que tanto ella como su hermana, si ellos
se lo permiten y les enseñan a hacerlo correctamente, están completamente dispuestas
a colaborar. Porque además de tener el tiempo
y las ganas, y de ser la costumbre en su país, ello puede contribuir a no tener
que molestar tanto a las enfermeras. Y a que Mirian tenga menos razones para
enfadarse y ponerse agresiva.
Ella pareció
convencida y me dijo que así lo haría. Pero ya veremos. Habrá que esperar hasta la próxima visita. Solo espero que siga siendo en el mismo sitio y que Mirian ya se quede allí tranquila durante un tiempo.
Es bueno saber de buenas noticias sobre Miriam, todos esperamos que los cambios sea para bien, mas que nunca hoy que es el cumpleaños de Miriam, una fecha donde a todos nos renueva las fuerzas para apoyarla, estar con ella (pesea la distancia), por este medio quiero aprovechar para dar mi aliento y fuerza para que Miriam siga adelante luchando y demostrandonos las ganas de vivir que tiene, FELIZ CUMPLEAÑOS MIRIAM
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