Sobre este blog

En casos extremos algunas almas se pierden durante un tiempo en un estado de coma o estado vegetativo, mundo fascinante y desconocido que me gustaría poder dar a conocer aquí. A través de una historia real, llena de esperanza, y de un libro.
Algunas personas consiguen despertar del coma, otras no. Pero me consta que, independientemente del desenlace, utilizando
el "coma work" que describe el libro, al menos se las puede ir a buscar y llegar a comunicarse con ellas.

sábado, 11 de junio de 2011

Primer bocado

Ayer viernes estuve con Mirian y esta vez ha resultado facilísimo encontrar un título para contarlo. Un título que yo llevaba tiempo esperando poder utilizar algún día. Ese día ya ha llegado, y hoy por fin puedo contar que, en la tarde del jueves 9 de junio, le dieron a Mirian su primer bocado. Es la primera vez que ella come algo por l aboca y de manera natural desde que tuvo el accidente, hace ya más de año y medio. Me han contado que ese primer bocado fue un sencillo flan, y que lo aceptó tan bien que a partir de ahora le van a ir dando comida cada día, poquito a poco.


Por eso esta vez me he precipitado a contarlo aquí, aunque por ello quizá lo haga peor que otras veces. Me consta que es una buenísima noticia para toda su gente de Bolivia, y que cada vez son más numerosos los que se informan de su evolución a través de este blog, en el que ahora esperan ansiosos noticias suyas.
El domingo pasado me llamó la madre de Mirian para decirme que le habían comunicado el traslado inminente de Mirian a otro hospital, pues este lunes, 6 de junio y día del maestro den Bolivia, estaba prevista esa intervención quirúrgica que andaba pendiente. El objetivo era cerrarle el agujero de la traqueotomía correctamente, lo que entre otras cosas podía ayudarle con el tema de la comida. Yo ya supe el jueves que todo había ido muy bien y que ella estaba de vuelta en su lugar habitual, con lo que podía ir a visitarla normalmente y sin riesgo de hacer el viaje en vano. 

Y así fui a verla ayer viernes, expectante y con un ramo de peonias recién cortadas de mi jardín. Ella estaba en su habitación de siempre, sentada en su silla, y charlando con su madre que le estaba dando un masaje en su brazo izquierdo, el que mueve peor. Mirian hablaba muy claro y tenía muy buen aspecto. Se le veía una costura reciente en el cuello, pero con un aspecto muy limpio. Dejé las flores, saludé y me senté a su otro lado. Yo aun no sabía lo de la comida, y le pregunté a Mirian como se sentía  y las últimas novedades. Ella me dijo que todo iba bien, aunque le dolía un poco el cuello. Por su expresión la noté tranquila, pacifica, hasta contenta, pero bastante ensimismada en sus pensamientos. Pensamientos que eran algo inconexos pero con muchos detalles y que ella contaba en voz alta y casi sin parar.

Yo le transmití entonces la felicitación de su hermana Verónica por el día del maestro boliviano, como me pidió ella misma que hiciera a través de este blog. Mirian sonrió, y me pidió que le diera las gracias y le dijera que ella estaba muy bien y tranquila con su mamá al lado. Empezó a contarnos una historia de cómo ella había aconsejado a Verónica no darle un regalo a una profesora suya, y la dejamos hablar un buen rato. Yo paso con Mirian tan pocos ratos que no creo que sean representativos de su estado general, pero lo cierto es que en casi todos ellos ella me habla de su época de profesora, de sus clases, de sus alumnos, de sus trabajos. Creo que a ella le gusta mucho situarse en esa época, al menos cuando yo estoy a su lado.

Le pregunté después si había logrado recordar su código para acceder a su email y me dijo que sí. Me lo deletreó sin dudar y yo lo apunté en un papel. Dado su estado decidí probar yo tranquilamente en casa para evitar su frustración si no funcionaba. Por desgracia no ha funcionado. La dirección si existe, pero el código de acceso no es el correcto. Desde aquí  animo a su familia en Bolivia a intentar entrar en su cuenta (miriam.cabrera@hotmail.com es la que me ha dado ella). Igual ellos igual podrían contactar con hotmail explicando la situación e intentado inicializar su cuenta sin necesidad de saber su código.

Entonces la mamá me contó muy contenta cómo la semana estaba siendo muy buena, pues Mirian no solo había dado sus primeros pasos (detalle que yo ya sabía por su hermana en Bolivia) sino que además el día anterior había comido su primer bocado! Yo ante eso expresé mi alegría, y aunque Mirian sonrió al verme tan contenta, no le dio mayor importancia. De hecho no recordaba lo que había comido, pues al preguntarle me dijo que había sido fruta. Si me contó en cambio con todo detalle como había hecho ejercicios de fisioterapia con una llave y como pronto iba a poder caminar ella sola. 

En ese momento yo miré el reloj y me fui rápido al restaurante a comer algo antes de que se me pasara la hora. Su madre se quedó esperando a su otra hija, pues ellas a diario se llevan allí la comida de casa y comen juntas. Al terminar yo de comer y regresar a la habitación, vi que acababa de llegar su hermana. Nada más entrar, Mirian me pidió que le cambiara su pañal. Al pedirle que me mirase bien y me dijera si me veía con uniforme de enfermera, ella me sonrió y me dijo que no. Entonces le dije que yo no era enfermera y por tanto no podía cambiarle el pañal (en realidad no dejan hacerlo ni siquiera a la familia). Y ella me soltó literalmente: “es que yo no dudo de tu potencialidad”. 
Mirian es así, se ve que es una persona que ama y domina el lenguaje y las palabras, no en vano es profesora de secundaria de literatura. Hasta el punto de que incluso en su estado, a veces te suelta unas frases bastante complicadas tanto en estructura  como en vocabulario. Lo cual, debo confesar, a mí no solo me encanta sino que además hasta me hace reír.




 Empezó entonces a insistir para que le cambiaran el pañal, pero no parecía que las enfermeras estaban dispuestas a hacerlo, o al menos no en breve. El argumento es que para eso tienen que tumbarla en la cama, operación que necesita a varias personas desocupadas  a la vez. Y casi todas y casi siempre parecen desbordadas y no precisamente sobradas de tiempo libre. Además Mirian tenía una hora de terapia prevista en poco tiempo, para lo cual se la llevan a una sala  especial ya sentada en su silla. Con lo que ellas preferían esperar a que terminara su terapia para ya después acostarla hasta el día siguiente y cambiarle el pañal. Yo pregunté a la familia si Mirian ya era capaz de anticipar sus necesidades y pedirlas, a lo que me respondieron que algunas veces sí. Y les comenté la conveniencia de empezar a ensayar a quitarle el pañal, pues eso me consta que también se entrena. Obviamente el  pañal  es mucho más cómodo y da mucho menos trabajo, con lo cual hay cierta tendencia a utilizarlo por defecto. Siempre y de nuevo más de lo mismo, esos recursos limitados que no dan para más…


Entonces, para mantenerla entretenida y que no se pusiera pesada, empecé a preguntarle cosas relacionadas con la medida del tiempo. Ella a veces se pierde en tiempo y espacio y ese día parecía especialmente despistada. Le pregunté, en forma de juego, si no podría adivinar mi edad con solo mirarme y ella fue muy amable conmigo, quitándome varias decenas de años… Pero no me hago ilusiones, pues tampoco tenía muy clara ni su edad, ni el año en el que nació, ni siquiera el año en el que estamos. Otros días en cambio si es capaz de acordarse. Al ver que eso era demasiado difícil le pedí que me dijera los días de la semana, que recitó en orden, sin equivocarse y muy rápidamente. También supo los meses, y los minutos que tiene una hora y las horas que tiene un día. Al preguntarle el número de días que tiene cada mes se lió un poco, y yo le enseñe el truco de los nudillos, que por cierto aprendió muy fácilmente. 

En eso llegó una amiga suya a visitarla, boliviana, Paola, y entonces su madre y hermana se fueron a comer. Mirian se puso a hablar sin parar y a contarnos ensimismada una historia con sus alumnos, un poco inconexa pero a la vez con todo lujo de detalles. Cuando llegó su terapeuta para la sesión y la escuchó hablar, ella misma me propuso muy amablemente cambiar la hora con la paciente de al lado y volver más tarde, para que Mirian pudiera seguir con su historia. Yo aproveché para preguntarle cómo iba Mirian con el uso del ordenador, y me dijo que aunque no trabajaban eso cada día, si había hecho progresos con el ratón y con las letras. Al insinuarle la posibilidad de llevar mi portátil y trabajar con ella allí mismo para intentar leer su email, me dijo que le parecía una idea fantástica que no le haría sino mucho bien. Así que me parece que en mi próxima visita ya no se libra…

Cuando volvieron su madre y su hermana yo me fui,  recordándoles al despedirme que ahí seguía  la posibilidad de la foto, incluso de un vídeo en el que se pudieran ver a Mirian hablando y mandando un mensaje a sus seres queridos en Bolivia. 
Yo sé que ahora ellos necesitan su tiempo para decidir. Y ahí lo tienen.

2 comentarios:

  1. AHORA QUE YA CONOZCO Y TENGO ACCESO AL BLOQ, LO VEO MAS SEGUIDO, ES MUY LINDO SABER DE MI HERMANA, A NOSOTROS NOS ALEGRA MUCHO DE LOS PROGRESOS DE MI HERMANA, Y AUN SABIENDO QUE TIENE ALGUNOS ALTIBAJOS, TENGO MUCHA ESPERANZA DE QUE SU RECUPERACION SIGA ADELANTE, ELLA Y YO ERAMOS TAN UNIDAS, CONVERSÁBAMOS MUCHO MEDIANTE INTERNET, QUE SERIA MUY LINDO PODER OTRA VEZ COMUNICARME CON ELLA POR ESE MEDIO.
    YO LA FELICITO POR ESTE BLOQ QUE ES POR DEMAS BUENO, MUCHAS GRACIAS POR SU AYUDA.------------
    ATTE: VERONICA CABRERA T.

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  2. Nuve:
    es diferente y alentadores los titulos qeu ahora se lee en blog, primer paseo, primer paso y ahora primer bocado, eso nos llena de mucha alegria y pronto creo que será primera comunicación via internet. bueno eso es un deseo.... gracias por compartir ahora momentos lindos

    Ivan

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