Sí estaba la tele
encendida, en un canal de televisión española, y como yo no sabía cuánto tiempo estaría fuera,
dependiendo de si estaba en alguna terapia, en el baño, en algún examen médico
o simplemente dando un paseo, llamé a su madre al móvil. Ella respondió enseguida
y me dijo que estaban tranquilamente dando un paseo por el jardín, así que fui a su encuentro
para no perder tiempo.
El jardín de este
nuevo hospital es enorme, hay muchos senderos y muchos bancos de muchos colores por todas partes.
Era un día soleado, ya empezaban a salir bastantes flores y en medio había un
gran estanque donde no solo se veían peces y patos, sino también una enorme tortuga que
tomaba el sol tranquilamente encima de una roca. Las encontré enseguida. Además
de ver a Mirian guapa, con el pelo limpio y bien peinado, enseguida me di
cuenta de que ese día estaba de buen humor, incluso charlatana. Tal y como era ella habitualmente hace
tan solo unos meses.
Terminamos el
paseo, les enseñé la tortuga, y algunos minutos
después volvimos a la habitación, pues según su madre se acercaba la hora de su
sesión de fisioterapia.