Sobre este blog

En casos extremos algunas almas se pierden durante un tiempo en un estado de coma o estado vegetativo, mundo fascinante y desconocido que me gustaría poder dar a conocer aquí. A través de una historia real, llena de esperanza, y de un libro.
Algunas personas consiguen despertar del coma, otras no. Pero me consta que, independientemente del desenlace, utilizando
el "coma work" que describe el libro, al menos se las puede ir a buscar y llegar a comunicarse con ellas.

lunes, 16 de mayo de 2011

Historia 15: El final parece acercarse


El mes de junio llegaba a su fin, y yo seguía  con mis solitarias visitas semanales a Mirian, pero sin lograr ver a nadie más. Y por tanto sin tener noticias sobre ella, ni de parte de la familia ni de los médicos. Lo que por un lado me frustraba pero por otro casi hasta me convenía, pues había decidido concentrar mis esfuerzos más en Mirian y menos en lo que había a su alrededor. 

Aunque ella seguía reaccionando a mis estímulos en cada visita, lo hacía de una manera cada vez menos obvia y más sutil. Tan solo un día, en el que cogí un instrumento musical que había en su cuarto, seguramente boliviano, y me puse a soplar consiguiendo sacar algún que otro sonido, conseguí una reacción mucho más obvia, inmediata y directa de su parte.  

Yo sí seguía en contacto con Ursula y JeanClaude, que me daban consejos a distancia.  Sobre todo me pedían que intentara no interpretar. Estar allí, estimular a Mirian, observar sus señales y amplificarlas, sí. Pero sobre todo, no caer en el error de querer interpretarlas.  Ante la situación, el bloqueo en la comunicación con el hospital, y lo completo de la agenda de Ursula y mía en esa época (debía ser mitad de Junio y cerca del final de curso escolar), decidimos posponer la organización de su próxima visita hasta septiembre, una vez hubieran pasado las vacaciones de verano y la situación estuviera algo más clara.

Yo empezaba a sentirme cansada, sin ganas, como bloqueada.  La perspectiva de unas largas vacaciones con los míos y lejos de esta historia por un tiempo me parecía no solo bienvenida sino necesaria. 




 Me sentía como si ya estuviera empezando a quemar mi último cartucho.

Entonces me llegaron noticias por email de la hermana que estuvo aquí pero que se había vuelto a Bolivia. Ella estaba tan frustrada por los problemas de comunicación y la falta de información como yo. En un mensaje suyo fechado el 29 de junio del 2010, me contaba que Mirian, según los médicos, seguía en coma, sin reacción ninguna  (o reacción solo releja) y  en escala de Glasgow 7, sin cambios. Lo de ensayar a quitar la traqueotomía había sido solo para evitar infecciones. Además seguía con las dosis de morfina habitual, según los médicos para quitarle los dolores (y yo creo que también para que no molestara demasiado). 

Pero además de eso,  la hermana me contaba angustiada como acababa de ser transferida al otro hospital para una intervención urgente e inesperada. Parece que arrastraba  una infección grave en el cráneo, justo en el lugar donde le habían hecho unos mese antes la reconstrucción y tenía la cicatriz. Pensaba que aun seguía allí, aunque habían conseguido quitar la infección sin tener que abrir de nuevo, pues era solo superficial, y la iban a llevar de vuelta al otro centro en breve. Ahora esperaban acontecimientos, angustiados. Pero ella desde Bolivia tampoco conseguía tener información directa y de primera mano fácilmente.

Yo ante eso decidí esperar un poco más, antes de hacer una última visita previa a las vacaciones de verano. Ni siquiera sabía en qué hospital estaba Mirian, ni cuando iba a regresar al “suyo” ni en qué estado. Me parecía que la infección y la fiebre podían explicar de alguna manera por que Mirian había estado menos reactiva últimamente a mis estímulos, o si no menos reactiva sí, al menos reaccionando de otra forma. Pedí a Zulma que por favor me mantuviera al corriente, me avisara  de los cambios, y sobre todo de cuando Mirian ya estuviera de vuelta en el hospital. A mí me gustaría  ir a verla antes de irme de vacaciones, lo que ocurriría a mitad de julio.  También le deje claro que si en algún momento pasaba algo grave y me necesitaban, podían contar conmigo.

Me quedé algo preocupada, esperando noticias, pero a la vez muy ocupada con mis dos hijos, que ya habían terminado el colegio y estaban llenos de energía y emoción ante la perspectiva de dos meses de vacaciones.

¿Conseguiría yo volver a ver a Mirian con vida antes de irme? ¿Quizá ella estaba decidiendo rendirse? Al fin y al cabo esa era una de las posibles salidas que tenia, y quizá hasta esa salida era mejor que ninguna.  ¿O lo que estaba haciendo no era rendirse sino luchar?












Y yo, que hacía muy poco ya me sentía quemando mi último cartucho, ahora me sentía como si las cerillas de reserva que tenia para encenderlo me las hubiera encontrado mojadas. 


Pero solo me quedaba esperar. A que se apagara la llama o a que algo la reavivara.


1 comentario:

  1. hola

    gracais por dar noticias de Miriam y gracias a Dios por su evolucion.

    Miriam aqui en Bolivia hay muchas persona que te quieren y esperan que vuelvas pronto y estar juntos otra ves

    victor

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